La Farga es un grupo holding familiar con más de 210 años de historia que fabrica y comercializa semielaborados de cobre y sus aleaciones para los mercados eléctricos, de envases metálicos, ferroviario, de tuberías, de automoción, de macizos y conductores especiales. Ante la crisis económica derivada de la Covid-19, la empresa ha reaccionado adaptándose a la demanda de cada momento para poder garantizar el servicio a todos los clientes y ajustando la estructura con tal de hacerlo con el menor coste posible, “poniendo siempre, en primer lugar, la preservación de la salud de todos los trabajadores e incorporando todas las medidas necesarias”, afirma Inka Guixà, directora general de La Farga.

Para La Farga, el objetivo es conseguir la sostenibilidad de la empresa a corto, medio y largo plazo. “La recuperación será lenta. Nosotros trabajamos en diferentes sectores: Aquellos que han sido esenciales son los que se han mantenido mejor, como es el hilo de cobre que se utiliza para la soldadura de las latas de conserva, pero para los sectores que van al mercado de la distribución, la afectación ha sido mucho más grande”, valora Guixà.

Para esta empresa familiar, la estrategia actual es “estar muy pendientes de la evolución de los mercados y reaccionar muy rápido tan pronto como la demanda se reactive”.

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