La Europa post-Covid tendrá un modelo productivo más ecológico, digital y resiliente

La Unión Europea ha hecho un especial esfuerzo en trasmitir a ciudadanos y empresas que su presupuesto a largo plazo, junto con el Next Generation EU (Fondos Europeos para la recuperación), será «el mayor paquete de estímulo jamás financiado a través del presupuesto de la UE«.  Un total de 1,8 billones de euros que ayudarán, según esta organización político-económica, a reconstruir la Europa posterior a la COVID-19, «que será más ecológica, digital y resiliente«.

El entorno económico está viviendo un momento histórico, ya que desde las instituciones y desde el conjunto de la sociedad civil se están sentado las bases de un proceso de cambio a medio y largo plazo.

Next Generation EU es un instrumento de emergencia puntual de duración limitada y utilizado exclusivamente para medidas de respuesta y recuperación, que aportará 750.000 M€, de los que más de 140.000 M€ van dirigidos a España:  72.700 M€ en subvenciones y 67.300 M€ en préstamos. Una inyección económica que representa más del 11% del PIB de nuestro país.

Estos fondos se vertebran principalmente alrededor de dos grandes vectores de transformación: la transición ecológica, con un 37% de las ayudas, y la transformación digital, con un 33% del total de los recursos.  La igualdad de género y la cohesión social y territorial se incluyen como ejes transversales.

Los fondos de Next Generation EU se materializarán a través de los Presupuestos Generales del Estado, tras la aprobación del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR). La Administración General del Estado transferirá los fondos a las Comunidades Autónomas y Entidades Locales a través de convenios y subvenciones, que deberán estar vinculadas a las políticas públicas de uno de los ejes prioritarios.

Los expertos señalan que se deberán establecer misiones que transformen la economía. Algunos ejemplos son generar industrias hoy inexistentes a partir de los centros de investigación, como por ejemplo el diseño del chip europeo, transformar el turismo en más productivo, ser más eficientes en sanidad, transformar la industria automovilística para producir vehículos eléctricos y autónomos, o consolidar el ecosistema de startups del sector digital y del biotecnológico.

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